– Ashli Gonzalez La primera vez que mis pies tocaron una esterilla de yoga fue porque compré una oferta de Groupon y estaba a punto de expirar. De mala gana me dirigí a una clase de yoga nocturna iluminada con velas y al instante me sentí como una impostora. Al mirar a mi alrededor, vi un mar de abdómenes desnudos y traseros y piernas tonificadas. (Yo tenía puesta una camiseta enorme y aburrida). Estoy segura de que había de todas las formas y tamaños en la clase esa noche, pero mi cerebro estaba centrado en demostrarme cuán fuera de lugar estaba yo. Casi me fui cuando la profesora comenzó la clase y nos hizo cerrar los ojos para abrir la meditación. Me alegro de no haberlo hecho, porque lo que yo no sabía entonces era que en los próximos 60 minutos iba a experimentarme a mí misma como nunca antes me había experimentado. No estoy segura si fue el impecable gusto de la profesora por la música (ella puso mi versión favorita de Sia’s Breath Me) a medida que nosotros fluíamos a través de una secuencia bastante simple de posturas, la suave, relajante calidez de la luz de las velas me proporcionaba suficiente anonimato en la oscuridad para olvidar mi entorno por un precioso momento de verdad, concientización absoluta y presencia. Ocurrió algo bastante alquímico dentro de mí en ese momento, mientras que mis pies estaban sobre esta pequeña y mágica pieza de goma de energía llamada esterilla de yoga… Por primera vez en, bueno… desde siempre, experimenté mi enfoque, mi respiración y mi cuerpo entrar en un unísono simbiótico. Fue un hermoso momento de convergencia, como si no existiera nada más, y por primera vez en mucho tiempo, sentí una sensación de seguridad, paz interior y energía. A pesar de mis rollitos del abdomen. A pesar de mi postura imperfecta. A pesar de mi propia resistencia. Fue como tocar el punto G de mi espíritu y quedé enganchada. Asustada, pero definitivamente enganchada. Así que, sé que probar el yoga por primera vez (o las primeras veces) puede ser desalentador y confrontante. Estoy familiarizada con la forma en que nuestras nociones e ideas preconcebidas de lo que el yoga y los “yoguis” son nos puede intimidar un poco y hacernos sentir que no estamos “a la altura.” Si el Yo de hoy pudiera volver al Yo de mi primera clase de yoga, diría esto: “El yoga es una práctica desafiante que tiene muchos beneficios para el cuerpo físico… Pero el mayor regalo del yoga es de una naturaleza intangible. El resultado más gratificante, delicioso de esta práctica sagrada es la paz mental y la fuerza del espíritu que vienen después de cada vez que vamos a la esterilla. Ahí es donde está el oro; no en los músculos”. Las clases de yoga pueden llegar a convertir tu estilo de vida en una placentera experiencia. Las posturas de yoga, las asanas, la actividad física, los ejercicios de yoga, entre otras opciones, acompañado de alimentación saludable, evita problemas de salud. Pero la práctica de yoga en especial, además de todo lo que ya sabemos, permite tonificar tu cuerpo y sentirte diferente en tu interior. Es una actividad que pueden practicar principiantes, gorditas, personas con discapacidades, y cualquiera que deseesentirse mejor. Me duele ver a tantos de nosotros dejar de intentar algo tan poderoso como el yoga debido a nuestra propia vacilación. Nos subestimamos. Ya sea para intentar por primera vez o darle otra oportunidad después de una experiencia “regular”, hasta realmente cosechar los beneficios de esta práctica, se requiere consistencia. Como Ashli dijo anteriormente, una vez que experimentamos plenamente la amplia gama de regalos que nos ofrece, muchos de nosotros decimos lo mismo: “Me gustaría haber comenzado hace mucho tiempo atrás”. Por lo tanto, en un esfuerzo para calmar tus nervios aún más y con suerte inspirarte a darle a la práctica yóguica consistente una oportunidad, aquí hay 3 datos que debes saber antes de rechazar el yoga:
DATO 1:
El yoga trata solamente 1/8 sobre las posturas…
Si te faltan los otros 7/8, te estás perdiendo el yoga.
Las 8 Ramas del Yoga son como los “10 mandamientos” de la verdadera Filosofía y Estilo de Vida Yóguica. Puedes estar sorprendida al descubrir que las posturas del yoga real (o “asanas” en sánscrito) son sólo una pequeña parte de un todo más grande. El verdadero yoga implica mucho más: Rama 1: Yamas: Éstas son conocidas como las ‘5 Disciplinas Morales’: no violencia, veracidad, no robar, moderación de los sentidos y no codicia. Rama 2: Niyamas: Éstos son conocidos como los ‘5 Hábitos Espirituales’: limpieza, alegría, aceptar el dolor como medio de purificación, el estudio de uno mismo, y entrega a la Voluntad Divina. Rama 3: Asana: Asana significa ‘postura de meditación’ en sánscrito y eso es exactamente lo que son las posturas del yoga: un medio de preparar el cuerpo para la meditación, la concientización y la contemplación del presente. Rama 4: Pranayama: Éstos son ejercicios de respiración para ayudar a expandir y regular la respiración, que en retorno puede amplificar o calmar el sistema nervioso. Rama 5: Pratyahara: El estudio de acudir a nuestros sentidos internos como un medio de auto-realización. Rama 6: Dharana: El estudio de un enfoque meditado, exacto. Rama 7: Dhyana: Éste es el estudio de la meditación para extender Dharana a lo largo del tiempo. Rama 8: Samadhi: La rama final se trata acerca de la felicidad y los momentos en que nuestros cerebros, corazones y cuerpos están en sincronía con el mundo que nos rodea. Éstos son esos momentos fugaces, aunque sublimes, de la comunión y la convergencia con la vida y el cosmos, como ‘Nirvana’ lo es en el reino budista.
DATO 2:
Los yoguis son de todos los colores, formas, tamaños y tonos.
El caso en cuestión – la gente real, con “defectos” y retos (como todos nosotros) inspirando a otros siendo ellos mismos dentro y fuera de la esterilla: Jessamyn: (crédito de la foto: @mynameisjessamyn)
Esta auto-etiqueta de “rara mujer yogui gorda” es un respiro de aire fresco de amor propio en Instagram. Su cruda autenticidad sobre sus luchas y experiencias de vida es magnética. Sus palabras: “Es muy difícil superar el bloqueo mental de ser gordo – nuestra sociedad lo ha cubierto con tanta vergüenza que, muchos de nosotros encontramos indescriptiblemente difícil siquiera intentar estilos de ejercicios vigorosos porque todavía estamos lamiendo nuestras heridas de todos los momentos en que nos han hecho sentir inadecuados por ser gordos. Esto es algo que entiendo más de lo que preferiría – puede parecer que soy naturalmente segura, especialmente cuando practico yoga, pero no pretendo ser inmune al trauma emocional compartido que todos estamos tratando de resolver” Dana Falsetti: (crédito de la foto: @nolatrees) Dana es impresionante para todos nosotros porque ella recién empezó a practicar yoga en mayo de 2014. Si echas un vistazo a su historial de Instagram, la verás matándose en todo tipo de hermosas y avanzadas posturas e inversiones. Sus palabras: “Si puedes ver belleza aquí, también la puedes ver en ti misma. Hemos estado en una crisis de vergüenza corporal durante demasiado maldito tiempo. Estoy agradecida por haber sido parte de la revolución del amor propio que ha estado ocurriendo durante el último año o más. Ha cambiado muchas vidas, incluyendo la mía. Es por eso que me incomodé a mi misma de esta manera. Los estándares de belleza no son reales. Alguien inventó toda esa mi*rda y nos dijo que lo creyéramos. Lo hice durante mucho tiempo, pero ahora que sé la verdad, soy libre. Libre para ser solo yo, libre para verme a mí misma bella de la misma forma en que veo a otros. Tú también puedes. Especialmente si lo puedes ver aquí. Ve a mirar en el espejo y míralo tú misma” Tommy Valencia: (crédito de la foto: @tommy_valencia) En noviembre de 2012, sintiendo opresión en su pecho y dolor/entumecimiento en su pierna izquierda durante una clase de yoga, Tommy fue trasladado de urgencia a la sala de emergencias donde fue sometido a varias cirugías por una afección cardíaca que dio lugar a múltiples complicaciones, una de las cuales fue la amputación de su pierna. Pero eso no le impidió seguir adelante en la vida y en la esterilla. Sus palabras: “Estar completo se trata de reconocer que estoy conectado a una comunidad más grande. Sin importar cuánto dolor y malestar atravieso en un día, me despierto, salgo al día y vivo el día que tengo. El yoga me proporciona una fuerza centrífuga de la mente, el cuerpo y el espíritu para respirar a través de mi integridad física que va más allá de preguntas para entender el cómo, pero me da respuestas a todas las posibilidades de cómo ser completo con la naturaleza como mi guía. Mi cuerpo es diferente, pero no significa efectivamente que mi práctica del yoga esté llena de defectos. Para mí, la práctica me da la oportunidad de encontrar un equilibrio entre el esfuerzo y la facilidad, o la firmeza y la liberación. Hay una oscuridad y una luz que llenan mi vida, las cuales acepto totalmente, y soy desafiado solamente por mi falta de estar presente en el momento. Las personas más bellas que conozco son aquellas que han conocido la derrota, que han conocido el sufrimiento, han conocido la lucha, conocen la pérdida y encontraron la manera de salir de las profundidades. Aquellos que han experimentado estos eventos han llegado a apreciar una sensibilidad y un entendimiento de la vida que está llena de compasión, cuidado y una preocupación profundamente amorosa. La gente hermosa no ocurre por casualidad” Saira Manjothi: (crédito de la foto: Robert Sturman) A los 29 años de edad y siendo una mamá primeriza, Saira fue diagnosticada con EM (esclerosis múltiple) y se le dijo que iba a terminar en una silla de ruedas. Ella enfrenta su afección diariamente con la ayuda del Yoga y de Ayurveda. Sus palabras: “Para mí, EM es una bendición porque requiere que yo sea consciente de cómo mi mente y mi cuerpo se están sintiendo en cada momento de cada día. Yoga y Ayurveda mantienen mi vida en equilibrio y son parte integral de mi camino hacia una salud óptima. Porque si la EM va a intentar y evitar que yo me mueva, de seguro que no voy a caer sin luchar”
DATO 3
Progreso > Perfección
Tenemos todo el concepto de perfección equivocado. Ese es exactamente el por qué nos enfermamos “intentando” y “persiguiendo” alguna imagen inalcanzable de cómo nosotros pensamos que debería verse. Es muy fácil y atractivo quedar atrapado por el torbellino – presionarte a ti mismo y ‘obligarte’ a ti mismo porque “no lo estás haciendo bien”. De hecho, toda esta charla mental ES parte del yoga. Siempre que te escuches a ti mismo decir/pensar: “mi postura no es correcta”, “mis manos no pueden tocar el suelo” “mis rollos de grasa están colgando hacia fuera” “mierda, me caí de la maldita postura” “necesito un soporte, pero la chica de al lado mío puede hacerlo con una sola mano”, reconócelo como parte del proceso del flujo yóguico. En cualquier momento que estos pensamientos se acercan sigilosamente, es una oportunidad para traerte de vuelta a tu centro y traerte a ti mismo a la conciencia. No es un fracaso o una indicación de que estás equivocada, o de que hay algo mal contigo… es simplemente una indicación de que eres un ser humano. El verdadero yoga comienza cuando tú comienzas a sentir resistencia a una postura. ¿Puedes respirar en tu cuerpo y permanecer presente con el momento? Si rompes una postura, ¿puedes volver a ella sin juzgarte o criticarte a ti mismo? Ese es el verdadero yoga. Eso es progreso. El progreso siempre prevalecerá por encima de lo que las masas colectivas apodan “perfección”. Lo que sucede en la esterilla es una reflexión y un símbolo para toda tu vida. La manera en que te presentas en la esterilla está reflejando exactamente la manera en que te presentas en la vida. Y, solo el hecho de que te presentaste por ti mismo y fuiste a la esterilla, es lo suficientemente perfecto. In La’kech,
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